¿“ALCANZADOS” SIN LAS ESCRITURAS?

¿Merecen todos los pueblos contar con la Biblia en su lengua materna o utilizar una lengua franca (×) ? ¡Desde luego que es más fácil para el comunicador del mensaje utilizar una segunda lengua! Pero ¿qué criterios debemos considerar al decidir qué lengua se va a utilizar para comunicar el evangelio? Tal vez todos debemos considerar todas estas preguntas con más seriedad.

Barbara F. Grimes

INTRODUCCIÓN

Iglesias sin Biblia

Hace 28 años, Donald Larson escribió en una carta que “implica demasiado trabajo misionero plantar iglesias sin Biblia”. A las personas que habían creído en Cristo se les dejaba sin acceso a las Escrituras en cualquier idioma que entendieran de manera adecuada.

¿Es importante la elección de un idioma?

Algunos cuestionarios que utilizan los misionólogos piden una lista de todos los idiomas que un pueblo determinado habla, pero se olvidan de preguntar bajo qué circunstancias o para quién se utiliza cada idioma, o con qué grado de éxito. Se tiene la impresión de que cualquier idioma en la lista es igual de bueno para comunicar las Buenas Nuevas de Dios a esas personas y que, sea cual fuere el idioma escogido, no es más importante que algo así como los tipos de casa. Otras personas, que aceptan la importancia de escoger el idioma correcto, parece que dan por sentado la respuesta; por lo menos rara vez se menciona esto en los documentos sobre misionología. El resultado es que mientras que a las preguntas que implican consideraciones antropológicas se les da el lugar importante que merecen en los escritos sobre comunicación transcultural cristiana, casi se olvidan las consideraciones sociolingüísticas igualmente cruciales.

¿Cuál idioma?

Cada persona que quiere comunicarse a través de fronteras lingüísticas tiene que decidir el idioma que utilizará. Esto es cierto para evangelistas, profesores, y predicadores, así como lo es para los traductores de la Biblia.

Demasiado a menudo se toman decisiones sobre la base de lo que es más fácil para el comunicador en lugar de hacerlo sobre la base de lo que comunica mejor a los oyentes. El comunicador probablemente tiene que aprender una lengua nacional o una lengua franca de todas formas, y las Escrituras probablemente ya existan en este idioma. Ya que este idioma se utiliza en un área, se entiende que será más fácil utilizarlo para evangelizar. Ahorrará al comunicador el tener que aprender un idioma extra y quizás el traducir la Biblia a este idioma. Además, se entiende que las personas tienen que aprender el idioma dominante de todas formas por motivos educativos y económicos. Por lo tanto, se espera que aquellos que conozcan el idioma dominante puedan interpretar para otras personas.

Sin embargo, este tipo de pensamiento no sopesa la facilidad del comunicador frente a la posibilidad de una mala comunicación con los oyentes. No se toma en cuenta el costo de producir iglesias de cristianos nominales que no están equipados para continuar su ministerio, para sostener una profundidad espiritual en las generaciones subsiguientes, para responder a falsas enseñanzas, para librar guerra espiritual, para llegar a los demás, para evitar el sincretismo, o el costo de hacer que las personas fracasen por completo en reconocer al Dios cristiano como al Dios universal a quien deben responder (McKinney, en prensa).

HACIENDO DISCÍPULOS

Se nos ha dado el mandato de hacer discípulos de todos los pueblos. La evangelización es solo el inicio. Las Escrituras aclaran lo que es un discípulo y lo que hace. Mucho de lo que él ha mandado involucra al idioma (Grimes 1986a). A diferencia de otras religiones, ser un discípulo de Jesucristo involucra conocerlo de manera personal. Esto requiere una comprensión adecuada de las Buenas Nuevas y de la Palabra de Dios. El entendimiento y el conocimiento siempre se resaltan en las Escrituras. El apóstol Pablo decía que era su responsabilidad proclamar ese mensaje con claridad (Col. 4:4, NTV). Esto requiere la habilidad de comunicar ideas complejas y abstractas de manera clara, y la habilidad por parte de los oyentes de entender de manera adecuada este tipo de discurso.

Sin embargo, ser un discípulo requiere mucho más que una comprensión pasiva. Se le manda dar testimonio de su fe, motivar a otros cristianos, exhortar a aquellos que lo necesitan, orar, alabar, dar gracias, cantar, memorizar la Palabra de Dios, enseñar a sus hijos, que las ancianas enseñen a las más jóvenes, enseñarse el uno al otro, meditar; ejercer dones del Espíritu que le han sido dados que involucran un comportamiento verbal, como la expresión de sabiduría, expresión de conocimiento, profecía, interpretación de lenguas, cumplir las funciones de mensajeros designados, evangelistas, pastores, profesores y exhortación. Al menos a algunas personas se les mandado leer la Escritura de manera pública para enseñar, predicar, e interpretar cualquier lengua extranjera que se utiliza en los servicios religiosos. Esto significa que los discípulos tienen que ser capaces de hacer todas estas cosas en algún idioma.

La lengua materna es el idioma que primero aprenden las personas desde su niñez, en el que empiezan a pensar y hablar sobre el mundo que les rodea, a interactuar con personas más cercanas a ellas, a adquirir y expresar sus valores, el idioma que forma parte de su personalidad e identidad, y el cual expresa etnicidad y solidaridad con su pueblo (Giles 1977). No cabe ni preguntarse si las personas pueden manejar o no destrezas verbales requeridas para una adecuada comprensión de las Buenas Nuevas y desempeñarse como discípulo en su lengua materna (Klem 1982). La pregunta es si ellos pueden o no hacer estas cosas en un segundo idioma. Este documento brinda una introducción de lo que implica este tipo de uso de una segunda lengua.

'Suficientemente bilingüe'

¿Qué significa que un individuo o un grupo sea suficientemente bilingüe, de modo que no se considere que tenga la necesidad de un ministerio oral o de la Escritura en su lengua materna?

El término ‘bilingüe’ se utiliza en diferentes formas. Por un lado, se utiliza para referirse simplemente a ‘no monolingüe’. Por el otro, se utiliza para referirse solo ‘al equivalente de un hablante nativo educado’.

Sin embargo, el término ‘suficiente’ se define mejor según las necesidades de un discípulo. A veces la etiqueta ‘suficiente’ se asigna sin hacer todas las preguntas relevantes que garanticen su precisión.

Un estudio cuidadoso de la manera cómo diferentes idiomas se utilizan en sociedades multilingües ha aportado percepciones importantes a los sociolingüistas en décadas recientes (Fasold 1984). Los multilingües utilizan cada uno de sus idiomas en diferentes circunstancias con personas diferentes, para hablar sobre diferentes tópicos, con grados variados de éxito en lo que respecta al habla y a la comprensión, y con diferentes connotaciones psicológicas. Es importante para los que quieren comunicar el mensaje más importante del mundo estar conscientes de estos factores, no sea que tanto ellos como el mensaje de ellos, no sean entendidos, sean malinterpretados o rechazados.

Expansión en toda la población

Ya que el segundo idioma se aprende en determinadas situaciones, y que depende de la cantidad de contacto que un individuo ha tenido con este, y de su deseo y necesidad de aprenderlo, existen diferencias en cuanto a fluidez en toda una población. Es imposible juzgar la competencia bilingüe de una población con tan solo mirar una muestra pequeña, especialmente porque las personas que son más bilingües son usualmente las que dan el primer paso para interactuar con forasteros. Es necesario investigar la manera cómo diferentes grupos etáreos, ambos sexos, diferentes regiones, y diferentes niveles educacionales utilizan su lengua, y considerar otros factores que pueden influenciar el contacto con la segunda lengua en esta cultura. La importancia de alcanzar a todos para Cristo, entre los que están mujeres, adultos mayores, personas no educadas , y los que se encuentran en áreas remotas justifica el tiempo y el esfuerzo necesarios para llevar a cabo una investigación confiable de estas diferencias.

Niveles de competencia lingüística

El Instituto del Servicio Exterior (FSI por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos ha elaborado una escala útil que describe los niveles de competencia bilingüe. Esta escala ha llegado a ser ampliamente conocida y utilizada en muchos países durante los últimos cuarenta años. La escala describe seis niveles de competencia. Aquí se da una breve descripción; se dan las descripciones y explicaciones completas en SIL SLOPE (1987).

Nivel 0+ (COMPETENCIA MEMORIZADA) puede satisfacer necesidades inmediatas utilizando expresiones previamente ensayadas.

Nivel 1 (COMPETENCIA ELEMENTAL) puede satisfacer requisitos mínimos de cortesía y sostener conversaciones muy sencillas cara a cara.

Nivel 2 (COMPETENCIA LIMITADA) puede satisfacer demandas sociales de rutina y requisitos limitados en otros dominios.

Nivel 3 (COMPETENCIA GENERAL) puede hablar el idioma con suficiente precisión estructural y suficiente vocabulario para participar efectivamente en la mayoría de conversaciones formales e informales sobre temas prácticos, sociales y ocupacionales.

Nivel 4 (COMPETENCIA AVANZADA) puede utilizar el idioma con fluidez y precisión en todos los niveles que son normalmente pertinentes a las necesidades.

Nivel 5 (COMPETENCIA NATIVA FUNCIONAL) la competencia para hablar es funcionalmente equivalente a la de un hablante nativo bien educado y altamente articulado. Refleja los estándares culturales del país donde se habla la lengua materna.

Los usos del método FSI para evaluar la competencia bilingüe de una persona se modificaron ligeramente en 1987, bajo la dirección del jefe de pruebas del FSI, a fin de tener un método que podría utilizarse entre hablantes analfabetos y no educados de lenguas vernáculas y que podría dar como resultado un perfil estadísticamente válido de la competencia bilingüe de cada grupo lingüístico donde el bilingüismo parecer ser algo extensivo (Grimes 1987b).

¿Qué umbral se necesita?

Es crucial preguntarnos qué umbral de competencia bilingüe se necesita para entender de manera adecuada las Buenas Nuevas y el uso de las Escrituras. Y esto se puede esclarecer examinando algunas descripciones del nivel de competencia que se dieron líneas arriba con mayor detalle. Los niveles 3, 3+ y 4 son los únicos que podrían ser adecuados para los discípulos en maduración. Las descripciones completas son de Grimes 1988a.

NIVEL 3 (COMPETENCIA GENERAL)
PUEDE HABLAR EL IDIOMA CON SUFICIENTE PRECISIÓN ESTRUCTURAL Y SUFICIENTE VOCABULARIO PARA PARTICIPAR EFECTIVAMENTE EN LA MAYORÍA DE CONVERSACIONES FORMALES E INFORMALES SOBRE TEMAS PRÁCTICOS, SOCIALES Y OCUPACIONALES.

Sin embargo, las limitaciones que presenta el individuo, por lo general, restringen los contextos de interés especial del uso del idioma al conocimiento compartido y el comportamiento que se entiende de manera transcultural. El discurso es coherente. El individuo utiliza el idioma de manera aceptable, pero con algunas imperfecciones notables. Aun así, los errores prácticamente nunca interfieren con la comprensión y pocas veces perturban al hablante nativo. El individuo puede combinar efectivamente la estructura y el vocabulario para transmitir el significado de manera precisa. El individuo habla con facilidad y llena las pausas de manera conveniente. En las conversaciones cara a cara con hablantes nativos del dialecto estándar y en un ritmo de habla normal, la comprensión es bastante completa. Si bien no se pueden entender completamente las referencias culturales, los proverbios, y lo que implican los matices y las expresiones idiomáticas, el individuo puede fácilmente arreglar la conversación. Es obvio que la pronunciación puede que tenga acento extranjero. Los sonidos del individuo son exactos; pero el acento, la entonación, y el control del tono pueden ser defectuosos.

Ejemplos: Lo típico es que pueda hablar de intereses particulares y campos especiales de la competencia con una facilidad razonable. Puede utilizar el idioma, por ejemplo, en cualquiera de los diversos dominios a fin de responder objeciones, esclarecer puntos, justificar decisiones, entender la esencia de los retos, manifestar y defender formas aceptables de realizar negocios, guiar reuniones, transmitir información, u otros monólogos informativos extensos y elaborados. Puede obtener información de manera confiable y opiniones informadas de los hablantes nativos. La inexactitud estructural rara vez es la principal causa de los malos entendidos. El uso de mecanismos estructurales es flexible y elaborado. Sin ir en busca de palabras o frases, el individuo utiliza el idioma con claridad y relativa naturalidad para elaborar conceptos de manera libre y hacer que las ideas sean fácilmente entendibles para los hablantes nativos. Los errores se dan en estructuras de baja frecuencia y muy complejas.

NIVEL 3+ (COMPETENCIA GENERAL PLUS)
A MENUDO PUEDE UTILIZAR EL IDIOMA PARA SATISFACER LAS NECESIDADES EN UN GRAN RANGO DE TAREAS SOFISTICADAS Y EXIGENTES.

Ejemplos: A pesar de las fortalezas manifiestas puede exhibir cierta vacilación, incertidumbre, esfuerzo o errores que limitan el rango de las tareas relacionadas con el uso del idioma que pueden realizarse de manera confiable. Lo típico es que haya una fortaleza particular en cuanto a fluidez y en cuanto a una o más de lo siguiente, pero no en cuanto a todo: amplitud del léxico, entre los que están ítems de frecuencia media y baja, especialmente referencias sociolingüísticas y culturales, y matices de sinónimos cercanos, precisión estructural, con rasgos sofisticados que son controlados fácil, precisa y adecuadamente (como modificación compleja e incrustación en idiomas indoeuropeos); competencia discursiva en una gran variedad de contextos y tareas, a menudo encajando las expectativas y habilidades estratégicas y organizacionales del hablante nativo. Los errores ocasionales que siguen un patrón se dan en estructuras muy complejas y de poca frecuencia.

NIVEL 4 (COMPETENCIA AVANZADA)
PUEDE UTILIZAR EL IDIOMA CON FLUIDEZ Y PRECISIÓN EN TODOS LOS NIVELES QUE SON NORMALMENTE PERTINENTES A LAS NECESIDADES.

El uso del idioma y la habilidad del individuo para desempeñarse son completamente exitosos. Organiza el discurso de manera correcta utilizando mecanismos apropiados de habla retórica, referencias culturales apropiadas y un entendimiento apropiado. La habilidad lingüística rara vez le impide realizar cualquier tarea que requiera el idioma; aun así, al individuo rara vez se le podría percibir como hablante nativo. Habla sin esfuerzo y sin problemas, y puede utilizar el idioma con alto grado de efectividad, confiabilidad y precisión con todos los fines figurativos dentro de la gama experiencias personales y ocupacionales, y dentro del alcance de las responsabilidades. Puede servir como un intérprete informal en un rango de circunstancias impredecibles. Puede realizar tareas lingüísticas sofisticadas y extensas, que abarcan la mayoría de los asuntos de interés para hablantes nativos ‘bien educados’, entre los que están tareas que no tienen que ver con cualquier especialidad ocupacional.

Ejemplos: Puede debatir en detalle conceptos que son fundamentalmente diferentes de los de la cultura meta y hacer que dichos conceptos sean claros y accesibles para el hablante nativo. De manera similar, el individuo puede entender los detalles y las ramificaciones de los conceptos que son culturalmente o conceptualmente diferentes de los suyos. Puede elegir el tono de intercambios verbales interpersonales con un rango representativo de hablantes nativos de alto y bajo estatus en una variedad de audiencias, tareas y escenarios y con una variedad de propósitos. Puede jugar un papel importante entre hablantes nativos en dominios tales como el hogar, los tribunales y el gobierno, la religión, la educación, y debates sobre cuestiones controvertidas. Puede defender una posición en detalle, tanto formalmente como en encuentros casuales, utilizando estrategias verbales sofisticadas. Entiende y produce de manera confiable cambios de tanto asunto como de tono. Puede entender a hablantes nativos del dialecto estándar y otros principales dialectos en esencialmente cualquier interacción cara a cara.

Umbral de competencia necesario:
Una cuestión psicolingüística

La cuestión de cuál umbral de competencia bilingüe es necesario, es básicamente una cuestión lingüística y psicolingüística. Desde el punto de vista lingüístico, implica la cuestión de qué tipos de discurso están involucrados. Desde el punto de vista psicolingüístico, implica la cuestión de qué tipo de comprensión está involucrado. Además, se reconoce que el uso interactivo de un segundo idioma es necesario para enseñar, motivar, exhortar u otro comportamiento verbal ordenado por las Escrituras, si este segundo idioma ha de ser un apropiado medio de comunicación para un grupo.

Existen al menos 4 razones básicas por las cuales el nivel 4 es necesario como el umbral para tener un uso adecuado a largo plazo de la Escritura.

(1) Dominio. En sociedades multilingües, las personas utilizan habitualmente un idioma con su familia y amigos cercanos, y un idioma diferente con extranjeros. Los sociolingüistas identifican clases de situaciones, o dominios en los que se utilizan diferentes formas de discurso, tales como el hogar y la familia, amigos cercanos, la cultura tradicional, la religión, la escuela, el trabajo, el comercio y la cultura de fuera. El uso del dominio cambia dependiendo de los participantes en la conversación, el tema y el lugar. Se aprende un segundo idioma a través del contacto en ciertos dominios, y la capacidad del hablante frecuentemente lo limita a interactuar en estos dominios en esta lengua.

El FSI señala que si una persona no puede manejar todos los dominios, no puede estar por encima de un nivel 2+. Una persona del nivel 3 puede manejar todos los dominios, pero no necesariamente de manera efectiva (’la mayoría de las conversaciones formales e informales sobre temas prácticos, sociales y ocupacionales’). Por otro lado, el nivel 4 puede manejar todos los dominios de manera efectiva (con fluidez y precisión en todos los niveles que son normalmente pertinentes a las necesidades’ y ‘todos los fines de representación dentro del rango de experiencia personal y ocupacional y dentro del alcance de las responsabilidades’, y un ‘rango de circunstancias impredecibles’). Por ejemplo, en algunos casos que involucran el abuso infantil entre hablantes de lengua minoritaria en los EE.UU., consejeros anglófonos han tenido problemas al comunicarse con padres de familia cuya lengua materna no es el inglés. Los padres de familia podían entender el comportamiento del que hablaba, pero no podían entender por qué era incorrecto. El FSI dice que este tipo de competencia bilingüe podría ser ‘un tipo de nivel 3’.

Una consideración importante respecto a las limitaciones del dominio en las situaciones de lenguas minoritarias es que el último dominio en el que los hablantes usualmente empiezan a utilizar el segundo idioma es el campo interpersonal; aún así es el dominio más crucial en la Escritura. El entendimiento de la reconciliación como una relación interpersonal entre Dios y el hombre, en lugar que como el resultado del desempeño religioso de ciertos actos prescritos, y la extensión de esta reconciliación para las relaciones humanas que afectan cada dominio de vida es fundamental para el cristianismo. La Escritura involucra todos los dominios: la casa y la familia, amigos cercanos, la religión, el gobierno, la educación, varias ocupaciones. La fe cristiana es personal e íntima así como corporativa y pública. Si el segundo idioma no se aprende y utiliza ampliamente en las relaciones interpersonales, su uso efectivo como discípulo será muy limitado.

Rivera dice (1983): “Cuando un niño utiliza un idioma para algunos fines sociales, y su segundo idioma para otros fines sociales, como se da comúnmente en las comunidades bilingües, esa diferenciación se verá reflejada en el vocabulario que es especializado en cada lengua. Esta diferenciación también se encontrará en construcciones semánticas y formatos discursivos que están controlados en un idioma, pero no en el otro”. El idioma de la Escritura, incluso en una buena traducción, puede ser básicamente desconocido para una persona bilingüe que utiliza el segundo idioma principalmente para el trabajo, la escuela, el comercio, y otras situaciones culturales exteriores.

(2) Información desconocida. Las limitaciones que presenta un individuo ‘de nivel 3 por lo general restringen los contextos de interés especial del uso del idioma al conocimiento compartido y el comportamiento que se entiende de manera transcultural’. ‘Las referencias culturales pueden no ser entendidas en su totalidad’. La Escritura cuenta con bastante información desconocida que se debe transmitir, y mucho de esta es desconocida a nivel transcultural. Esta información no solo involucra la cultura material, sino conceptos básicos, tales como la naturaleza de Dios, la maldad, el perdón y la reconciliación. La descripción del nivel 4 muestra que tal persona puede manejar nueva información que no es conocida a nivel transcultural (‘utilizando referencias culturales apropiadas y un entendimiento apropiado’, y ‘el individuo puede entender los detalles y las ramificaciones de los conceptos que son culturalmente o conceptualmente diferentes de los suyos’).

Algunas personas creen que porque ellas mismas pueden sacar mucho provecho de la Escritura en su segundo idioma, aunque no cuenten con el nivel 4 de competencia en ese idioma, por lo tanto no se requiere el nivel 4 de competencia para un adecuado uso de la Escritura. Sin embargo, ellas han pasado por alto el hecho de que cuentan con un amplio y previo trasfondo al entender la Escritura a través de la traducción en su lengua materna, y por lo tanto no lidian con un discurso desconocido sino con un discurso conocido en su segundo idioma. Su situación es bastante diferente del de una persona que no ha tenido ninguna exposición previa a la Escritura en su lengua materna; para esta es principalmente discurso desconocido.

(3) Estructura compleja y discurso. El nivel 3 tiene ‘errores [que] se dan en estructuras muy complejas y de baja frecuencia’. ‘En las conversaciones cara a cara con hablantes nativos del dialecto estándar en un índice normal de habla, la comprensión es bastante completa’. Sin embargo, el discurso escrito, en el que un individuo no tiene la oportunidad de ’arreglar la conversación’ o pedir una clarificación, es más difícil de entender. Los padres de familia a los que nos referimos anteriormente no entendían por qué cierto comportamiento era incorrecto, ya que no podían elaborar las proposiciones discursivas de mayor nivel. Un hablante de nivel 3+ puede mostrar algunos errores que limitan el rango de las tareas relacionadas con el uso del idioma que pueden realizarse de manera confiable’.

(4) Habla abstracta. Entre los tipos de discurso que nos interesan están no solo la narrativa, sino también las exhortaciones, las exposiciones, y las explicaciones; no solo tampoco eventos y proposiciones simples sino conceptos y argumentos complejos. Para un hablante de nivel 3, ‘los proverbios y las implicaciones de los matices y frases idiomáticas no pueden entenderse completamente. A pesar que la persona puede ’arreglar la conversación’ en una ‘conversación cara a cara’, eso no es siempre posible cuando se lee la Escritura. Una persona de nivel 4 ‘puede debatir en detalle conceptos que son fundamentalmente diferentes de aquellos de la cultura meta y hacer que esos conceptos sean claros y accesibles para el hablante nativo’.

Además, Brewster y Brewster (1976) señala que cualquiera involucrado como agente de cambio transcultural tiene que hacer que su competencia de nivel 4 sea efectiva.

Cuotas: una pregunta administrativa

Cuando surge la cuestión del umbral, es común que eso dé paso a las cuestiones relacionadas con cuotas, es decir, ‘¿qué porcentaje de hablantes debe estar en el nivel X, Y o Z antes que podamos decir que no necesitan ser alcanzados en su idioma y que no necesitan traducción de la Biblia?

Mientras que la cuestión sobre qué nivel de competencia una persona necesita para el uso adecuado de la Escritura involucra consideraciones que son de naturaleza psicolingüísticas y lingüísticas, la cuestión sobre qué porcentaje de hablantes debe estar en ese nivel involucra consideraciones que son principalmente de naturaleza administrativa. Estas decisiones administrativas involucran prioridades en la asignación de personal disponibles, el orden de asignaciones, qué organización o individuo llevarán a cabo un determinado programa, el tamaño relativo de un grupo, su actual apertura, y factores culturales además de bilingüismo, entre otros. Estas cuestiones están relacionadas con, pero no son las mismas que la cuestión psicolingüística sobre qué tipo de competencia bilingüe se necesita para el desempeño adecuado como discípulo y el uso de los tipos de discurso que se encuentran en la Escritura. Algunos de los temas relacionados con la pregunta de cuotas a menudo se pasan por alto o se malinterpretan.

La falacia del 'agente lingüístico'

Las decisiones administrativas también pueden verse influenciadas por filosofías diferentes de la estrategia misionológica. ¿Hasta qué punto uno acepta la idea de que el agente lingüístico, que actúa como intermediario entre el mensaje y a aquellos que no entienden el idioma en el que se da, es una de las estrategias fundamentales no solo para el evangelismo sino para la educación?

El modelo del agente lingüístico se ha utilizado ampliamente en misiones, donde una persona bilingüe escucha el mensaje o lee la Escritura en su segundo idioma, y luego se espera transfiera el significado a su primer idioma para el beneficio de aquellos quienes no entienden el otro idioma. Desafortunadamente, pocas personas pueden hacer este tipo de transferencia con poca capacitación y experiencia en esta destreza. Requiere una conciencia lingüística especial de distinciones y equivalentes entre los dos idiomas que las personas a veces adquieren en un salón de clases de idiomas. Sin embargo, la mayoría de los hablantes de lenguas minoritarias que son bilingües aprenden su segundo idioma a través del contacto oral directo y carecen de competencia en transferencia lingüística. Pocos parecen que pueden hacer esto sin capacitación especial, aunque estas personas son relativamente escasas.

Existen muchas situaciones en las que los pastores han sido capacitados en seminarios o en una escuela bíblica en un segundo idioma, pero no pueden hacer la transferencia de terminología y conceptos abstractos y complejos de nuevo a su primer idioma. Se sienten más seguros enseñando o predicando en el idioma en el que fueron capacitados, que es el segundo idioma de la congregación. Las personas reciben muy a menudo poco alimento espiritual de estas presentaciones.

Demasiado a menudo, las Escrituras están disponibles para estas iglesias solo en el segundo idioma. El modelo del agente lingüístico evita tener que traducir las Escrituras al primer idioma, pero asume que las paráfrasis espontáneas y a ciegas de las Escrituras son adecuadas y usualmente sin el control de la calidad del estudio de contexto, revisión y comprobación por consultores capacitados que asegura que la traducción sea tanto fiel al documento original como expresada en el equivalente significativo más cercano en el primer idioma. No hay ninguna garantía de que esa paráfrasis improvisada que varios hablantes realizan repetidas veces en diferentes situaciones sea del todo precisa. Este es el modelo de “plantar iglesias sin Biblia” al que se refería Donald Larson; algo muy diferente del modelo que se nos presentó en la Escritura. Si se realiza un estudio preparatorio suficiente para producir traducciones orales cuidadosas para predicar y enseñar, entonces estas traducciones orales también se deben escribir, para preservarlas en cuanto a consistencia y disponibilidad para un uso futuro.

El modelo del agente lingüístico a menudo da como resultado una elite bilingüe en la iglesia quienes son los únicos aptos para convertirse en líderes. Otros a quienes Dios puede haberles dado los dones de enseñanza, predicación, y otros dones que implican utilizar el idioma pueden verse obstaculizados de ejercer estos dones por la falta de suficiente competencia bilingüe para desempeñarse en el segundo idioma.

ACTITUDES LINGÜÍSTICAS

Diglosia

La lengua utilizada en las relaciones interpersonales cercanas es casi siempre la lengua materna. A menudo se le considera un idioma ‘inferior’, mientras que el idioma utilizado para situaciones culturales externas es usualmente el segundo idioma, y es considerado como el idioma ‘superior’. A esto se le conoce como diglosia (Ferguson 1959). El idioma ‘superior’ tiene prestigio y es utilizado para situaciones más formales: educación, gobierno, trabajos de oficina, y para una religión formal o ritual. El idioma ‘inferior’ es utilizado para relaciones interpersonales cercanas, la cultura tradicional y la comunidad , y para la religión personal. El idioma ‘superior’ usualmente se le considera superior al idioma ‘inferior’.

Actitud negativa hacia la lengua materna

A veces los hablantes o un grupo de poder foráneo tienen actitudes negativas hacia un idioma, aun cuando ese sea el único idioma que entienden los hablantes lo suficientemente bien para utilizarlo como discípulos. La diglosia a menudo estimula actitudes negativas hacia el idioma ‘inferior’ especialmente para que este sea utilizado en la literatura o la religión (Grimes 1986b, 1989). En este caso, en lugar de optarse por un idioma que los oyentes no entienden, el mensajero debe continuar un programa que promocione el prestigio de las Escrituras en el vernáculo (Grimes 1982, Fishman 1987). Tales programas requieren dedicación, pero han sido exitosos en muchos casos (Sandefur 1984). Los programas de promoción casi no consumen mucho tiempo como el enseñar a un grupo un segundo idioma. Las misiones no se establecen para llevar a las personas a un nivel de competencia bilingüe suficiente como para utilizarla como discípulos (Echerd 1980).

Actitud negativa hacia la segunda lengua

En otros casos, debido a una historia de malas relaciones entre los dos grupos, un grupo puede tener actitudes negativas hacia un segundo dialecto o idioma que no entiende bien. O debido a fuertes actitudes étnicas y al no querer identificarse con este otro idioma, no quieren utilizar la literatura en este (Grimes 1984). En estos casos, es importante aceptar la importancia de estas actitudes y utilizar su lengua materna para el ministerio oral y escrito, que incluye la traducción de la Escritura.

Identidad y etnicidad

Se necesita poner atención no solo al uso cognitivo del idioma para impartir conocimiento sino también al uso afectivo, es decir, la manera cómo la elección de un idioma afecta las emociones, la identidad, la etnicidad y la solidaridad. Si Dios habla a un pueblo solo a través del hausa, y este es su segundo idioma, ¿es esta, entonces, una religión del hausa? ¿Habla el uso del inglés solo al intelecto de hablantes en segundo idioma, o también habla a su corazón y a su voluntad? ¿Un mensaje en francés es relevante para la vida de usuarios de un segundo idioma en el lugar donde ellos están?

OTRAS CONSIDERACIONES

Tamaño de un grupo lingüístico

La Escritura no indica que cualquier grupo más pequeño que un tamaño dado sea demasiado pequeño como para ser alcanzado. El Buen Pastor fue en busca de una oveja y dejó a las noventa y nueve en el desierto. Fue a buscar el 1% dejando el 99%. No quiero que nadie perezca (2 Pe 3:9). Pablo estaba preocupado de que cada persona madure en Cristo, no solo la élite bilingüe (Col 1:28-29).

El tamaño medio de los grupos lingüísticos difiere en diferentes partes del mundo; un grupo de 5,000 puede ser considerado grande en Sudamérica o el Pacífico, pero chico en África o Europa. Si ‘solo el 10% de un grupo necesita un ministerio en el vernáculo y la Escritura, solo el 10% puede ascender a 10,000, 5,000, o 500 personas. No consideramos que una iglesia de 100 o 200 personas es demasiado pequeña como para que sirva un pastor. ¿Un grupo debe ser “significativamente grande” como para ser apto para ser alcanzado? ¿Dónde el Señor de la Cosecha nos pone un límite?

Cohesión de aquellas personas que no son funcionalmente bilingües

Algunos debates requieren que un grupo sea una unidad cohesiva y no dispersa a fin de calificar para considerarlos como con necesidad de una Escritura en el vernáculo. Sin embargo, si los que no son suficientemente bilingües son principalmente mujeres, como a menudo sucede, no es probable que formen su propio grupo cohesivo o iglesia. Lo mismo podría ser cierto sobre algunas personas por encima de cierta edad, de las personas poco educadas, de las que se encuentran en ciudades, o de los refugiados que podrían no ser suficientemente bilingües.

Numero de generaciones que constituyen una necesidad

Se han dado otros argumentos que si se predice que solo una o dos generaciones continuarán utilizando el vernáculo, entonces no vale la pena que se invierta en personal ni en tiempo en el ministerio en el vernáculo y en la Escritura. Esta consideración es también una de las prioridades que tienen algunas personas en lugar de una necesidad que tienen las personas, en la medida en que se nos da el mandato bíblico para el tiempo que vivimos. Somos responsables por las cuatro generaciones vivas en este momento; la cosecha es ahora (Juan 4:35). No descuidamos las presentes generaciones debido a las inciertas predicciones sobre el futuro (2 Cor. 6:2).

Prediciendo el cambio lingüístico

Los sociolingüistas nos hacen abundantes advertencias en cuanto al hecho de pensar que es simple predecir el cambio lingüístico (Lieberson 1981, Rickford 1983). Algunas características que están presentes en sociedades que han experimentado un cambio lingüístico completo también han demostrado estar presentes en otras sociedades que han retenido su idioma. El cambio a menudo no es completo en todos los dominios, especialmente en el dominio interpersonal que es tan importante para el discipulado cristiano. Las tendencias pueden continuar, acelerarse, detenerse, incrementarse o retroceder.

Por ejemplo, Heath y Laprade (1982) dicen: ‘En materia de las formas en que los planeadores modernos ven las variables asociadas con la difusión cultural, los casos del quechua y del aymara estipulan precauciones específicas. La expansión lingüística no tiene correlación con las unidades demográficas en formas predecibles en todos los escenarios. La interrelación de la expansión lingüística con factores tales como identidad grupal, la verificación histórica del rol que tiene el idioma en la identidad grupal, y la preferencia específica de algunos grupos para un idioma que no tiene alto estatus o que se correlaciona con la movilidad socioeconómica, son las condiciones del mantenimiento y la expansión lingüístico que los planeadores rara vez reconocen. Por lo tanto, un efectivo programa de expansión lingüística debe hacer uso del conocimiento detallado de los grupos involucrados’. Por lo tanto, no parece ser prudente tratar de hacer fórmulas que supuestamente es probable que pudieran aplicarse universalmente, ya que cada caso tiene que ser evaluado de manera individual, considerando otros factores a la luz del perfil actual de competencia lingüística.

CONCLUSIONES

Jesús y los apóstoles no siguieron un modelo de pocas personas dentro de una elite especial que se volvieron maduras en Cristo, mientras que la mayoría de los cristianos seguían siendo bebes espirituales. Existe una firme evidencia de que ellos ministraron en la lengua materna de su audiencia, y que el Nuevo Testamento se escribió en griego común (no en griego literario) ya que esa era la lengua materna de la mayoría de la audiencia en Asia para la que se escribieron los libros (Grimes 1987a). Pablo dijo que proclamaba a Cristo, advirtiendo a cada persona y enseñando a cada persona en toda sabiduría, a fin de presentar a cada persona madura en Cristo. Para tal fin, él trabajó de día y de noche, trabajando con toda la energía que Dios le dio (Col. 1:28-29). Eso incluye a cada persona bilingüe o no bilingüe. Puede ser necesario que una persona fuera de una sociedad traiga las Buenas Nuevas a esta sociedad. De ser así, es necesario que utilice un idioma que su audiencia entienda de manera adecuada. Pero el trabajo no se termina cuando pocas personas han respondido y han sido enseñadas. Es necesario dejarlas con la herramienta primaria que es necesaria para hacer discípulos que se puedan volver maduros en Cristo. Esta herramienta es la Palabra que Dios nos ha dejado, la que es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra (2 Tim 3:16-17, NVI).

¿Puede un grupo ser considerado verdaderamente alcanzado si han sido contactados solo a través del segundo idioma de ellos y hay pocas personas, si hubiera alguna, con competencia bilingüe alta en el grupo? ¿Pueden ser considerados alcanzados si no tienen las Escrituras en un idioma que entienden de manera adecuada? Debemos responder que el ministerio en lengua materna y la Escritura en lengua materna son dos prerrequisitos para casi todos los pueblos las comunidades a fin de que sean descritos de manera precisa como ‘alcanzados’.


Barbara Grimes es editora del Ethnologue y trabaja con SIL. Ella y su esposo Joseph viven en Nueva York.
REFERENCIAS *

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* Notes on Linguistics and Notes on Scripture in Use se encuentran disponibles en el International Academic Book Center, 7500 West Camp Wisdom Road, Dallas, TX 75236.

(×)Lengua franca - lengua que es adoptada como lengua en común entre personas con diferente lengua materna.

[†]Traducido del artículo "Reached" Without The Scriptures? por Barbara F. Grimes
publicado en la revista International Journal of Frontier Missiology (IJFM) , Vol 7:2 Apr 1990
Traducción:Vanessa Guillén Zamudio
Revisión:Giuliana López Torres