Comunicándose Eficazmente con los No Lectores

Cómo Hacer Más Efectiva la Comunicación Oral *

por Rick Brown

Introducción [1]

Al procurar librarnos de nuestra propia inclinación de una cultura orientada a lo impreso, necesitamos considerar, no sólo la clase de medios y géneros de discurso (por ejemplo, narrativa) que son los más apropiados para las culturas orales, sino también las maneras más efectivas de usar esos géneros y medios. ¿Qué les gusta ver y oír a los no lectores? ¿Qué disfrutan al oír? Sus selecciones no necesariamente serán las mismas que las de los comunicadores en impresos. Si los estilos de presentación son los que prefieren los comunicadores orales, con mayor probabilidad oirán, entenderán, y recordarán lo que oyen.

La calidad del sonido se valora en alto grado

Los comunicadores orales son afectados profundamente por la calidad de sonido de lo que oyen y no sólo por el contenido. Les gusta especialmente el sonido de poemas, cantos y frases atractivas. Al conversar, están alertas a la entonación y cualidades de la voz de todo el que habla, y son rápidos para percibir la insinceridad o significados ocultos. Al escuchar relatos, se dan cuenta de todo matiz de la voz del que narra, y aprecian al narrador que modifica su voz para que se ajuste a cada parte del relato. En muchas culturas orales, los que oyen se sienten en libertad de interactuar con el narrador y participar en el mismo relato. Cuando los comunicadores orales interactúan en la lectura, por lo general prefieren leer en voz alta en grupos, con la interacción social usual, antes que leer solos o en silencio.

En muchas culturas orales las formas principales de arte son verbales, tales como poemas épicos y baladas. [2] las competencias verbales también son comunes, tales como tratar de superarse unos a otros en alabanzas, insultos, adivinanzas o chistes.

Los comunicadores en impreso, por otro lado, son más afectados por el contenido de lo que leen que por el sonido de lo que oyen hablado. Evalúan un discurso en base a su claro razonamiento antes que por la belleza o claridad de su articulación. Prefieren escribir cartas al editor que tomar parte en un debate en vivo. Prefieren leer solos, tomando la información que ven en la página impresa, sin oír el sonido de palabras en su mente. [3]

Los comunicadores en impreso hallan difícil memorizar, pero los comunicadores orales memorizan muy bien. Es importante notar, sin embargo, que los comunicadores orales memorizan lo que oyen, no lo que leen. Es más, memorizan más rápido si el estilo es natural y agradable. Los materiales traducidos por lo general suenan muy ajenos y no atractivos a menos que se traduzcan en un estado natural y atractivo. Slack (1991) nota que

Las presentaciones orales entre comuni­cadores orales por lo general se convier­ten en una forma de arte. Como resulta­do, un relato que se dice en forma artística siempre se recordará con mayor facilidad que un relato que meramente se lee en voz alta. Es mucho más difícil pa­ra el oyente apren­der de memoria un relato que ha sido leído, en compara­ción con un relato que se ha contado. En todo lo que sea posible, el contenido de un relato debe ser una construcción oral y no el decir de un relato escrito, construido textualmente. [4]

Como Viggo Søgaard a menudo destaca, una traducción de las Escrituras destinada a una presentación de audio debe "conformarse a los rasgos, estilo y estructura del discurso oral antes que a los de los medios impresos. Necesitamos hallar el equivalente al audio preciso de las características impresas tales como sangría de párrafos, subtítulos, comillas, notas al calce, y así por el estilo, a fin de proveer a las audiencias la misma calidad de texto que se provee para los lectores" (1991:13/3). [5]

El texto se debería entonces marcar de tal manera que se logra la correcta cali­ dad de voz, dialecto, velocidad, modo, etc., y se utilizan los correctos efectos de sonido y música (1991:14/3).

Esto por lo general se indica en los guiones, dando entre corchetes o en una columna paralela, instrucciones para los que leen. Algunos guiones también incluyen subrayados para indicar el énfasis, y diagonales o guiones para indicar pausas de varios largos. [6] Los buenos lectores repasarán tanto el texto como también la manera de decirlo, hasta que ambas cosas estén casi memorizadas, y entonces se puede grabar el texto. Otra necesidad adicional es proveer un guía o narrador para "proveer las instrucciones y explicaciones necesarias" (Søgaard 1995).

Incluso si el texto se va a distribuir por medios impresos, con todo es importante que suene bien, porque los lectores pueden imaginarse los sonidos al leer o pueden leer a otros el texto en voz alta. En todo lo que sea posible se debe usar actores de calidad profesional para grabar las Escrituras y otros mensajes. Esto hace mucho más que añadir atractivo. Un texto leído pobremente tal vez incluso ni siquiera suene verdadero.

Cuando se habla o lee en voz alta un texto de las Escritu­ras, el significado que recibe el oyente depende no sólo de las palabras sino también de la expresión que el que habla le da a las palabras (Søgaard 1991:13/3).

Para el comunicador oral, la credibilidad de un mensaje también se relaciona a cuán realista suena. Por esto, desde tiempos antiguos, las clases de retórica han enseñado que el que habla debe expresar las emociones que correspondan a lo que está diciendo, o de lo contrario la gente no le creará. Si la persona que lee una parte en un programa no desem­peña su papel como un actor, entonces lo que dice no sonará creíble. La voz no debe distraer al oyente del mensaje, como Viggo Søgaard (1993: 139) nota:

El tono de la voz, la velocidad del habla, y el uso de palabras, todo eso dice algo en cuanto al que habla y su actitud hacia el público. La voz tiene que ser tan buena y tan apropi­ada que el oyente en realidad se olvide de la voz y escuche el contenido. El uso de testimonios person­ales, sean dados en un monólogo, en una entrevista, o mediante un canto, puede ser el mejor enfoque para esto.

Hemos notado que los comunicadores orales son agudamente sensibles a la calidad del sonido de las comunicaciones. Esto tiene varias implicaciones para el desarrollo de materiales para públicos orales:

Un método que ayuda a un autor a hacer una composición o traducción que suene bien es que la diga en voz alta antes de escribirla, o incluso que la hable en una grabación y la escriba después. Malmstrom llama a esto la técnica de "pensarlo, decirlo, y entonces escribirlo" (1991:113). El borrador terminado puede entonces grabarse y usarlo para prueba entre comunicadores orales. Si resulta que a menudo en el proceso de grabación salen a la luz frases incómodas o ambiguas, estas se pueden cambiar en el acto.

A menudo los que sirven de voz mencionarán frases que suenan no naturales o no claras y recomendará mejoras. Pero también harán pequeños cambios subconscientemente, especialmente si casi han memorizado sus partes. Sus cambios a veces revelarán mejores fraseos, pero a veces reflejan un malentendido. En cualquier caso, el texto tal vez necesite que se lo revise. Para eso es bueno que el autor o el que controla el guión esté presente durante las grabaciones, tanto para asegurar que se adhieren al texto como para aprobar cambios al texto.

Al oír porciones de las Escrituras transmitidas por radio, los oyentes orientados a relaciones con mayor probabilidad oirán con una mente abierta y corazón cálido si el que habla los trata de una manera relacional. Søgaard señala que debido a que el mensaje del evangelio es en cuanto a relaciones personales, las personas necesitan recibir el mensaje en el contexto de una relación personal, incluso por radio. Él anota que:

al que transmite se le debe comunicar como una persona, y a los oyentes se les debe tratar como in­dividuos y no como una 'masa' mal defi­ nida. . . . Se debe dar especial atención a salvaguardar este enfoque centrado en la persona en la comunicación por radio (1993:139).

FEBA, es sus trasmisiones por radio y corresponden­ cia ha tenido éxito al desarrollar un número de buenas relaciones a pesar de la distancia física. A veces esto toma la forma de correspondencia perso­nal regular entre ciertos oyentes y uno de los corresponsales de FEBA.

A veces transmiten por aire mensajes para sus oyentes, e incluso respuestas de ellos a otros oyentes.

La música y la poesía se pueden usar efectivamente con culturas orales

Todas las culturas disfrutan de la música y el canto, pero los cantos narrativos parecen ser característica particular de las culturas orales. En Egipto, algunas baladas han sido muy populares a través de los siglos, tales como Jasan wa Na'îma y Yâ lêla bêda, y muchos han memorizado las palabras. Los cantos de Um Kulthum son largas baladas repetitivas. ¡Una estación de radio grande las toca por varias horas cada tarde! No le molesta a la gente haber oído el mismo canto repetidas veces por años, porque les gusta la repetición.

Lo mismo se aplica a las baladas de las Escrituras. Malmstrom anota que "las Escrituras en canto es sin duda el método más popular de presentar Escrituras en idioma vernáculo" y que una lectura directa de las Escrituras es el menos popular (1991:120). Porter (1995) anota que las ventas de Escrituras en canto "excedieron con mucho las de cualquier otro cassette producido." Klem hizo un experimento entre los que hablaban Yoruba en Nigeria comparando el aprendizaje de Escrituras en canto con cintas no musicales de las Escrituras y Escrituras impresas. Halló que las personas U n error común que cometen algunos radio­ difusores que cruzan culturas es dar por sen­ tado que la música es un lenguaje universal. aprendieron menos de las Escrituras impresas, pero cuando se incluyó el canto, las personas retenían más información y memorizaron el texto más rápidamente (Klem 1982:167­78). [7]

Kenneth Cragg anota que la poesía es "el medio vital de la sociedad no alfabetizada y especialmente amada en el corazón árabe" (1991:47). La poesía se puede usar para contar todo un relato, como en una balada, o recitada en recesos en el relato. En una serie sobre las vidas de los profetas, el narrador concluyó cada episodio con un poema o canto sobre el profeta, en lugar de un interludio musical. Junto con adivinanzas, refranes y parábolas, estos son componentes normales de comunicación oral, y son formas populares de arte en las culturas orales de hoy. [8]

Un error común que cometen algunos radiodifusores que cruzan culturas es dar por sentado que la música es un lenguaje universal. Esto simplemente no es verdad. Por un lado, los ritmos y melodías por lo general reflejan los patrones métricos y de entonación de cada lenguaje, y éstos no son universales. Una entonación que denota cortesía en un lenguaje puede denotar incredulidad en otro. Aparte de eso, la gente prefiere su propia música, y les ayuda a identificarse con el programa. Una pieza musical que suena hermosa para un occidental tal vez suene disonante para otra persona y les impide abrirse al mensaje.

Pero incluso el uso de música local puede ser de escasa ayuda si no se la usa en forma apropiada. Cada cultura tiene sus propios géneros de música, y cada forma tiene una función en particular. Sería inapropiado usar música de victoria en una escena trágica, música de fiesta en una escena seria, o música de shamán en una escena de adoración. Los músicos locales diestros por lo general pueden escoger las clases apropiadas de música local para cada escena. También puede ser útil pedir consejo a un etnomusicólogo.

No es barato producir grabaciones o programas de radio de alta calidad, atractivos, que se puedan comparar favorablemente con productos comerciales. El costo es pequeño, sin embargo, comparados con el costo de personal, tiempo de aire, y distribución de casetes. Así que tiene sentido económico grabar los mensajes en una forma que los hará atractivos, comunicativos y efectivos.

Las culturas orales requieren su propio estilo narrativo

En el curso de capacitación a autores y traductores, los maestros occidentales con orientación a lo impreso a veces enseñan a los participantes que eviten la repetición de palabras, frases y contenido similares, y les enseñan a usar una variedad de conjunciones subordinadas (por ejemplo: mientras, puesto que, aunque, etc.) antes de conjunciones coordinadas tales como y. A la gente se le debe capacitar, sin embargo, a compaginar los convencionalismos del discurso de sus propias lenguas. En la mayoría de culturas orales, la repetición se aprecia y las cláusulas subordinadas no son comunes. Usar el mismo término o expresión repetidas veces, sin buscar variedad, ayuda a la memorización y rara vez aburre a los comunicadores orales.

En la mayoría de culturas orales los que hablan por lo general concatenan oraciones con conjunciones coordinadas tales como y, pero y entonces. También repiten algo de la información, y no les importa usar la misma palabra dos veces en proximidad cercana. Por lo general, los comunicadores orales aprecian la repetición, en caso de que se hayan perdido oír algo la primera vez que fue dicho, y no les importa usar muchas palabras para decir algo. (¡Hablar es rápido y fácil comparado con escribir o imprimir texto!). También usan palabras en conjuntos de frases, tales como dichos, refranes, adivinanzas, fórmulas, o descripciones repetidas tales como el soldado valiente. Los comunicadores en impreso, por otro lado, prefieren usar pocas palabras para decir mucho, porque escribir es lento. Evitan la repetición, puesto que el material que se perdió siempre se puede leer de nuevo. Los comunicadores en impreso típicamente evitan el usar mucho conjunciones tales como y, decidiendo unir las oraciones con conjunciones subordinadas tales como mientras, puesto que, aunque, y después. [9]

Aunque el Evangelio de Marcos es una obra escrita, Kelber (1983) ha demostrado que tiene los rasgos de comunicación oral. Esto no debería sorprendernos. De acuerdo a Papías (escribiendo alrededor del 125 d.C.), Pedro comunicó el Evangelio oralmente en hebreo o arameo, en tanto que Marcos simultáneamente lo interpretó al griego, y Marcos a la larga puso por escrito este relato oral en el Evangelio que lleva su nombre. [10] Así que Marcos es la forma escrita de comunicación oral para un público predominantemente oral. Por eso, los dichos de Jesús y la mayoría del Antiguo Testamento son registros escritos de comunicaciones orales.

A menudo se valora el melodrama

Los relatos contados por personas en las culturas orales a menudo se caracterizan por el uso de la exageración, tanto en contenido como en el estilo dramático del narrador. Sus dramas tienden a ser melodramáticos. La mayoría de películas y telenovelas populares producidas en India y en Egipto, por ejemplo, son melodramáticas. La persona orientada a lo impreso con probabilidad objetará al melodrama exagerado, pero es normal en la mayoría de culturas orales.

A los comunicadores orales les gustan los relatos que dramatizan una lucha contra un enemigo. Describen a los personajes de sus narraciones en términos exagerados, bien sea muy buenos o muy malos, y usan elogios y burlas exageradas. También usan sus manos para ayudar a expresarse cuando cuentan sus relatos, mediante ademanes o tocando instrumentos musicales. Dejan mucho sin decirse, dependiendo más bien de una situación compartida, cultura compartida, entonación, expresión facial y ademanes con la mano que ayudan a contar el relato.

Los comunicadores impresos, por otro lado, prefieren en sus relatos personajes realistas, y son moderados para expresar elogio o burla. Sus formas de arte recalcan un conflicto para alcanzar una meta o superar un obstáculo. Usan argumento lógico para martillar su punto, antes que depender de ilustraciones. Usa muy poco las manos, puesto que los gestos no se escriben ni se leen. [11]

Visuales realistas son preferibles a visuales abstractos

Los comunicadores orales más jóvenes y no sofisticados a menudo se quedan perplejos por cuadros abstractos, en tanto que aceptan de buen grado y entienden los realistas. (Imágenes abstractas son aquellas en las que los rasgos se generalizan de modo que es preciso imaginarse los rasgos específicos. Ejemplos serían las acuarelas en los cuales faltan los rasgos faciales, dibujos en líneas en los cuales faltan los rasgos o están desconectados, y dibujos de cuerpos incompletos). No es una abstracción que una imagen sea simbólica o que se la dibuje con rasgos exagerados, en tanto y en cuanto no se los exagere grotescamente. Pero el uso de dibujos parecidos a caricaturas en dibujos animados de las Escrituras y bíblicos es problemático. Algunos grupos de personas los aceptan si son razonablemente realistas y no se los exagera de una manera cómica, pero otros los rechazan, especialmente si muestran a profetas y otras personalidades respetadas.

La alfabetización tal vez no sea siempre la mejor estrategia

La alfabetización abre las puertas a la educación y el avance económico, pero la alfabetización también tiene sus desventajas. Una es que los programas de alfabetización requieren inversiones masivas de tiempo, personal y fondos para lograr apenas un 5% de tasa de alfabetización funcional, y por lo general se benefician sólo los que pueden tomar las clases. A menudo no alcanzan a los líderes de las comunidades orales, los que están en mejor posición de producir cambio positivo en la comunidad. Pero la alfabetización para los líderes no siempre es la respuesta, tampoco. Slack y otros han destacado que

en muchos lugares, los comunicadores orales han respondi­do inicialmente más al evangelio que las personas más edu­cadas u orientadas a la técnica (Slack 1991).

Conforme progresaba la obra misionera, sin embargo, se establecieron escuelas y se capacitó a pastores y maestros. Estas escuelas prefirieron a los estudiantes que podían aprender por los métodos occidentales, y a la larga produjeron una clase limitada de personas, una nueva clase media, que podía manejar este estilo de comunicación y usarlo en la iglesia. Así, la iglesia llegó cada vez más a quedar confinada a la clase media emergente y a menudo no comunicó el evangelio efectivamente a los menos educados.

Los dos grupos den­tro de la comunidad no sabían las mis­ mas cosas, ni tampoco pensaban de la misma manera aun­que tenían la misma información (Klem 1995).

Muchos líderes misioneros del pasado también dieron por sentado que la palabra escrita era necesaria para el ministerio efectivo, pero, de nuevo, los hechos refutan esto. Hay pastores y evangelistas cristianos y santos que no son funcionalmente letrados, pero que han memorizado la palabra de Dios y han internalizado su mensaje. Los comunicadores orales a menudo son los mejores para enseñar a los no lectores, porque no han perdido su habilidad de comunicación oral. Como Ong destaca, cuando las personas se vuelven altamente alfabetizadas, pierden la capacidad de memorizar, de componer formas de arte orales, y de comunicar oralmente en maneras tradicionales (Ong 1982:15, 59). Klem (1995) anota:

Muchas veces he visitado a pastores y misioneros que me han dicho que los mejores evangelistas de su área no son letrados, tanto hombres como mujeres, jóvenes y viejos. En algunos casos algu­nos de los predica­ dores no sabían leer. Bien sea repetían de memoria o pedían que otros lean el texto que expondrían.

A propósito, el método de Narrar Cronológicamente la Biblia [12] ha sido efectivo, no sólo en la evangelización y el discipulado, sino particularmente para equipar a los creyentes analfabetos a llegar a ser líderes, maestros y evangelistas. Klem (1925) aboga por la capacitación de líderes de la iglesia y evangelistas que no saben leer mediante la narración y la técnica basada en la narrativa, así como también mediante la memorización de grabaciones de las Escrituras y cantos de las Escrituras.

Las grabaciones de audio proveen un medio para equipar casi a cualquier persona para testificar efectivamente entre comunicadores orales. No necesitan ser maestros entrenados, alfabetizados o de otra manera. Pueden usar las cintas en su ministerio, porque la palabra grabada a menudo tiene más autoridad y D epender de la alfabetización para el acceso primario a la Biblia puede en realidad resul­ tar en que la gente valore menos la Biblia. . . credibilidad que una narración personal. Mae Alice Reggy (1925), consultante de medios de las USB, notó que "porciones de audio han abierto nuevas puertas para testificar porque al parecer son menos amenazadoras." En algunos países los creyentes compran cintas grabadas de los relatos de las Escrituras para dárselos a amigos y compañeros de trabajo. Los tocan en casa y en el trabajo, y muchos que oyen las grabaciones piden que se las presten. También los escuchan juntos y los discuten. También aprenden los relatos y los cuentan a otros. Steffen (1996) anota que "los relatos producen evangelistas instantáneos. La gente halla muy fácil repetir un buen relato."

La alfabetización no siempre es una opción. Hay comunidades de lenguajes en donde a la gente le gusta su lenguaje pero no lo quieren escrito; tienen una rica literatura oral pero no quieren que se publique eso ni ninguna otra cosa en su lengua. Algunos gobiernos inclusive prohíben que se escriban los lenguajes minoritarios, y esto hace la alfabetización menos factible también. En estos casos las comunicaciones orales son la única opción.

El estudio exhaustivo de William Graham del uso de las Escrituras en varias culturas alfabetizadas ha demostrado que depender de la alfabetización para el acceso primario a la Biblia puede en realidad resultar en que la gente valore menos la Biblia:

La capacidad para producción masiva, distribución amplia, y lectura aumentada de las Escrituras ha sido inherente en las revoluciones tipográ­fica y de alfabetiza­ción. . . . Sin embar­go, poner una Biblia en las manos de todos ha tenido con­ secuencias mixtas para el estatus de la Biblia en la cultura como un todo. . . . Por lo menos, pode­mos observar en el siglo pasado o más que, en tanto que la disponibilidad del texto bíblico ha aumentado grande­ mente mediante el crecimiento en la alfabetización y la ubicua presencia de Biblias impresas, la saturación bíblica fuerte de la cultura occidental ha decre­cido agudamente (1987:167) [13]

Distribución

En las comunidades en donde hay caseteras y reproductoras de discos compactos disponibles ampliamente, el uso de medios en audio provee un medio sustentable para que las personas locales copien y distribuyan Escrituras en audio y otros materiales no impresos. En donde es posible la transmisión por radio, la transmisión de Escrituras grabadas permite que cualquiera que tenga una grabadora grabe porciones de audio de las Escrituras y otros materiales, sin que importe la distancia, salud o aislamiento político o religioso. En algunos lugares las Escrituras en video están siendo distribuidas por televisión.

Conclusión

Las culturas orales tienen sus propias preferencias para las maneras de comunicar la verdad, y a menudo serán diferentes de las que prefieren las personas orientadas a lo impreso. A fin de proclamar el mensaje más eficazmente, necesitamos hallar qué medios y métodos funcionan mejor para ellos. En la mayoría de casos esto incluirá un enfoque multimedios con un énfasis en la memorización de las Escrituras con la ayuda de grabaciones de alta calidad con la voz de actores o lectores hábiles. IJFM

Referencias

Notas

  1. Este artículo continúa un tema considerado por el autor en IJFM 21:3. Con gratitud se reconoce a Val Carleton por su ayuda editorial.
  2. Ver Jousse 1990 para una explicación de formas orales de arte y su significación en las sociedades orales.
  3. Para mayor explicación ver Ong (1982:14, 42­44, 73, 109, 121, 131, 177).
  4. Ver también Søgaard 1991 y Malmstrom 1991.
  5. Ver Stine (1991) para más explicación de las diferencias entre estilos de discurso oral y escrito y sus implicaciones para traducciones en audio.
  6. Thomas (1991) describe en detalle cómo preparar una traducción oral para grabación. En el mismo número de la revista, Stine (1991) explora las diferencias entre los estilos de discurso oral y escrito y sus implicaciones para traducciones en audio. Recomendaría los demás artículos del mismo número del boletín de las USB, que se titula The Scriptures in Audio­Video Format.
  7. los que podían leer lo hacía mejor cuando leían el texto mientras lo escuchaban en canto.
  8. El simbolismo en el libro de Apocalipsis no parece ser incómodamente estrafalario para los comunicadores orales como les parece a algunas personas orientadas a lo impreso; Apocalipsis les recuerda sus sueños, que también se valoran como comunicativos.
  9. Ong (1982:37­40).
  10. Eusebio, Ecclesiastical History, III xxxix 16.
  11. Ong (1982:44­47, 67, 70, 104­106).
  12. Ver Lovejoy et al (2001). Narración Cronológica de la Biblia (CBS, por sus siglas en inglés) se parece al método de enseñanza cronológica de la Biblia (CBT, por sus siglas en inglés) descrito en McIlwain (1992) y ejemplificado en Bramsen (1998), pero también difiere en aspectos importantes. CBT es básicamente un enfoque expositivo que enseña eventos importantes de la Biblia, en tanto que CBS es un enfoque narrativo que no dicta conferencias sobre el texto sino que más bien anima a los lectores a descubrir el significado por sí mismos mediante el diálogo y la reflexión. Más que eso, CBS fuertemente anima los participantes a memorizar las narrativas (y Salmos y Proverbios) como su "Biblia oral" y a volver a contar las narraciones a otros en los contextos apropiados. CBS utiliza principios educativos centrados en el aprendiz de Vella (1994) y los adapta a los estilos de aprendizaje y de transmisión de las culturas orales.
  13. Graham pasa a preguntar si esto sucedería en otras culturas:

    Si el surgimiento de la cultura tipográfica, de alfabetización masiva, y la declinación concomi­tante de la oralidad bíb­lica en general se puede eslabonar a la secularización y la importancia visible disminuida de los textos bíblicos y otros "clásicos" en el occidente, ¿hay desarrollo similares en otras culturas con respecto a sus textos bíb­licos centrales también estrechamente ligados a la secularización? (1987:168)


Rick Brown es erudito de la Biblia y estratega de misiones. Ha participado en alcance en África y Asia desde 1977.

[*]Originally published in English as "How to Make Oral Communications More Effective" in The International Journal of Frontier Missions 21/4 (2004): 173--178, .

Fuente: International Journal of Frontier Missiology, 21/4 (2004).